La evolución del  Castillo de Alcaudete

 

El castillo de Alcaudete se ha reformado sucesivamente para adaptarlo al uso y necesidades de cada época y sus dueños.

El alcázar islámico.

 

Tras la ocupación musulmana, el municipio de Alcaudete será  conocido con el nombre de Hisn al-Qabdaq. Las primeras noticias que aparecen en las fuentes islámicas  sobre la ciudad de Alcaudete, las aporta Ibn `Idari, haciendo referencia a las expediciones guerreras de Ibn Hafsun (rebelde muladí, que se subleva contra el poder de losOmeyas, en el período comprendido entre la muerte de Muhammad I en el 886, hasta la fecha en que `Abd al-Rahman III se proclamó califa en 929), narrando los  hechos  acaecidos  en tiempos del emir `Abd Allah, que envía expediciones contra Cabra, Priego y Alcaudete y alrededores de Jaén

 

 Las defensas actuales se erigieron durante la dominación almohade, levantándose en torno al  núcleo de población una cerca o muralla construida con tapial de tierra defendida por torreones; mientras que en la  cumbre del cerro se edifica un alcázar adaptado  a la orografía del terreno, aprovechando incluso algunos escarpes naturales como elementos defensivos. Este nuevo alcázar  presenta  planta  poligonal y sus  lienzos son defendidos por  torres  cuadradas y  bestorres o baluartes, levantadas en los ángulos o fuertes quiebros  de los muros.

El castillo Calatravo.

 

La conquista cristiana de Alcaudete en 1246 y su adjudicación a la Orden Militar de Calatrava, provocó una nueva reestructuración de las defensas de la villa. La mampostería será el material por excelencia que se utilice para las nuevas reformas, otorgando a las primitivas,  una mayor  resistencia antes posibles ataques con piezas de artillería. En el interior del alcázar se levantó una fortaleza de nueva planta, más acorde con las necesidades defensivas de sus nuevos pobladores, usando la primitiva defensa como antemuro o primera línea defensiva del nuevo castillo;  el cual  tiene planta poligonal, adaptada perfectamente a la orografía del terreno. Sus murallas  y  torres  conservan los adarves o camino de guardia, que  permite recorrer todo el recinto y acceder al interior de las seis torres que defendían los paramentos. Al interior, se ingresa a través de una puerta, la principal, situada en el extremo Norte, protegida  por dos torres de planta cuadrada con sus esquinas externas redondeadas; y un segundo acceso secundario, localizado en el extremo sureste, y se identifica con una poterna o puerta falsa, adosada a  una torre de planta cuadrada, llamada del reloj. En su interior, la nueva fortaleza  se  dota de las infraestructuras necesarias para desarrollar en él,  vida conventual,  acorde con los usos de sus nuevos propietarios, los freires calatravos. Para ello en se erigen   diferentes estancias donde poder desarrollar esta  doble vida de monjes-guerreros:  la conventual (sala capitular,  oratorio,  claustro, etc.), y la militar (plaza de armas, pasillo-foso,  cuerpo de guardia, caballerizas , aljibes, etc.); y  por supuesto, su magnífica torre del Homenaje,  la más destacada, fuerte y defendible de la fortaleza, último reducto de resistencia y por ello, aislada del resto, adquiriendo cierto grado de autonomía funcional o autosuficiencia; para lo cual,  en su interior  (planta inferior) se puede almacenar  agua y víveres para resistir un prolongado asedio.  En la planta superior se ubica  la residencia del comendador, nombrado  por el Maestre,  en quien delega la defensa y explotación de la Encomienda de Alcaudete.

El palacio Renacentista.

 

 

La toma  definitiva de la villa y su castillo,  en 1312, por el Infante D. Alfonso, tras casi tres  meses de asedio, provoca  el paso definitivo a   formar parte de las tierras de realengo,  lo que demuestra su  importancia estratégica dentro de la frontera, viéndose inmersa en multitud de acciones contra los nazaritas. En  1380 será adscrita al señorío de los Fernández de Córdoba y Montemayor, los cuales  otorgar a la fortaleza aires residenciales,  llevando a cabo en su  interior  multitud de obras tendentes a  modificar  poco a poco su función militar por la residencial: la zona donde se alojaban los soldados se transforma en cocinas, se edifican nuevas y lujosas habitaciones, patios con columnas y fuentes, salones y dormitorios para la familia.

Etapa de abandono.

 

En la primera mitad del XVII el castillo se abandonó y se quedó cerrado durante muchos años. En este tiempo sufrió un gran deterioro. Su contenido fue expoliado: piedras, columnas, suelos, tejas,…fueron utilizados para realizar otras viviendas en el pueblo. Muchos muros y techos se cayeron y llegó a estar en un estado ruinoso.

 

 

ÉPOCA ACTUAL

Fuentes:

  • Jaenpedia
  • www.rutasconhistoria.es
  • Material didáctico de la Ruta de los Castillos y Batallas.