LA RECOGIDA DE LA ACEITUNA. TRADICIONES.

 

La mecanización que ha sufrido la recogida de la aceituna en los últimos años,  hace que los utensilios usados hace 20 años, hoy ya sean piezas de museo.

 

El comienzo de la jornada dependía de la distancia a la que había que desplazarse y la ida y vuelta se realizaban a pie, por tanto la jornada comenzaba sobre las 5 o 6 de la mañana. Mientras que los hombres se encargaban de dar de comer a los animales, las mujeres preparaban dos comidas: la de las primeras horas  de la mañana que debía ser muy fuerte para soportar el pesado día (migas, puchero, huevos fritos con chorizo, lomo, etc.) y la Segunda, “la Talega” para el almuerzo (huevos cocidos, ensalada de bacalao y naranja, productos en manteca de la matanza del cerdo, embutidos, canto de aceite, entre otros.).

 

 

Después de la comida se ponían en marcha juntándose con otras cuadrillas y durante el camino se comentaban las noticias más relevantes o cantaban coplillas o chascarrillos para hacer el camino más ameno.

 

Se solía trabajar casi siempre a destajo aunque también se trabajaba “al jornal” o “por tornas”.

 

Cuando se trabajaba a destajo se situaban una cuadrilla por hilera y los primeros que terminaban su hilera debían “escabezar”. El manijero les iba adjudicando olivos de las hileras que iban más retrasadas hasta emparejarse todas las hileras. Esto provocaba algunos enfrentamientos y suspicacias. “Hacer la gata” es una expresión que se utilizaba y cuyo significado era el de retrasarse en las faenas para evitar doblar al final de la fila, si los olivos a doblar no eran muy bueno y no contenían bastante aceituna.

 

Ya se está poniendo el sol,

y hacen sombra los terrones,

mirar para el manijero,

veras que hocico pone.

 

Antiguamente para la recolección de la aceituna se utilizaban varas de varear “piquetas”, de distintos tamaños: pequeñas, medianas y una más grande llamada vara maestra. Con ellas se sacudía la aceituna que se encontraba en los olivos para hacerla caer al suelo o a los fardos colocados en el suelo.

 

Una vez realizado el vareo se procedía a la recogida de la aceituna que quedaba en el suelo. Éste trabajo consistía en recoger la aceituna del suelo y depositarla dentro de las espuertas, labor que, mayoritariamente, realizaban las mujeres.

 

A medida que se acumulaba la aceituna se llevaba a la criba para eliminar hojas, ramas y piedras. Ya limpia se almacenaba en especies de canastos sin asas de esparto para pesarlas. El manijero iba anotando cada peso a la cuadrilla correspondiente entregándoles una chapica, “tarja”, por el valor del peso, cuando era a destajo.

 

Para quitarse el frio de las manos se solían poner piedras en la lumbre, que se encendía nada más llegar, estas piedras se colocaban en las espuertas poniendo de vez en cuando las manos sobre ellas. Cuando se enfriaban se devolvían a las ascuas y se cambiaban por otras.

 

Sobre las una se almorzaba y transcurrida media hora se continuaba hasta que el sol se iba, cinco o seis de la tarde. A última hora se formaban las colas para pesar la aceituna.

 

Luego se cargaban los serones de los mulos y burros que iban dando portes hasta el lugar de compra más cercano o hasta un lugar donde pudieran entrar las carretas y luego estas carretas hasta dicho lugar de compra y aquí se les hacía entrega de unos Vales. Los lugares de compra eran sitios estratégicos que ponían los molinos para pesar y almacenar la aceituna para luego, desde allí, transportarla ya en camiones a los molinos.

 

Era habitual el robo de sacos en los lugares de compra.

 

Algunos molinos estaban compuestos de tres piedras cónicas que giraban sobre una base de piedra donde era depositada la aceituna.

 

Terminada la jornada se hacía el recorrido inverso y mientras los hombres pasaban por la taberna, las mujeres repetían las faenas de la mañana. Cuando los sacos estaban rotos, se aprovechaba por las noches, junto a la chimenea, para remendarlos o coserlos con cuerdas, luego ya se cenaba y sobre las nueve o las diez de la noche se acostaban.

 

Otra recogida de aceituna era  “La Rebusca”. Como todo el mundo sabe, constituye un pequeño complemento de rentas. Consiste en la recolección de la aceituna que no se ha recogido durante la campaña por personas ajenas a las explotaciones.

 

Al finalizar la Campaña de recogida, desde la Administración se da permiso para que se pueda recoger esta aceituna, una vez que se ha verificado que todos los tajos han acabado su actividad.

 

Luego esta aceituna se vende en los puestos de compra privados que se habilitan a tal fin.

 

La práctica estaba cayendo en desuso con los años por el escaso rendimiento y la cantidad de trabajo que requiere, pero debido a las condiciones económicas parece ser que se está volviendo a retomar.

 

Hace años era común que los chiquillos, al salir de la escuela con una cubeta y un saco, recorrieran los olivares de los alrededores del pueblo para sacarse unas pesetillas para sus gastos.

 

De esta costumbre, la de rebuscar, se conserva la expresión: “Meterse en lo sin coger”  o lo que es lo mismo: Entrar a coger aceituna en una finca que aún no se ha recolectado, con el consiguiente peligro de que el dueño del olivar sorprenda al “rebuscaor” en el ilícito acto.

 

Esta expresión se usa para situaciones de la vida cotidiana en que una persona entra en un tema que no debiera y que le puede suponer algún quebranto. Bien físico, bien económico.

 

Los encargados de vigilar que no “Se metieran en lo sin coger” eran los Guardas Rurales,  eran guardas jurado que prestaban ante el Alcalde-Presidente su juramento, el cual los habilitaba para hacer de guardas en los Municipios, en las antiguas Hermandades de Labradores y Ganaderos y posteriormente pasaron a pertenecer a las Cámaras Agrarias.

 

Otra de las costumbres fuertemente arraigadas en el mundo del olivar es  “El Remate”,  es la celebración del final de la campaña. Antiguamente al día siguiente, en la que aceituneros y dueños del olivar se reúnen y que corre a cuenta de éstos últimos. Durante el remate se olvidan los trabajos y fatigas que se sufren durante la campaña ( frío, agua, hielo, barro, etc..).

 

Durante la celebración, los aceituneros, haciendo un corro, se pasaban la botijuela que habían estado usando para el transporte de la aceituna de unos a otros. Al que se le caía o la rompía era víctima de burlas y bromas. Como, por ejemplo, el manteo.

 

Durante la celebración también se cantaban coplas, muchas de flamenco y algunas picarescas, aunque las más comunes se referían al tema amoroso.

 

Antiguamente las campañas eran más largas y había más dificultades para la relación entre personas de distinto sexo. Por lo que durante la Campaña surgían relaciones entre el personal más joven de la cuadrilla. Debido a que las cuadrillas estaban también compuestas por gente de otras comarcas, los amoríos duraban lo que duraba la Campaña. Testigos de aquellos amoríos son las coplas:

 

El querer que te tuve fue aceitunero,

se acabó la aceituna

ya no te quiero.

----------

Los amores del invierno

son amores de fortuna;

que te quiero, que te adoro

mientras dura la aceituna.

--------

Anda diciendo tu madre

que tienes un olivar;

el olivar que tú tienes

es que te quieres casar.

---------

Yo estoy cogiendo aceitunas

y mi amante vareando

y mi amante vareando

y entre ramita y ramita,

los dos nos estamos mirando,

los dos nos estamos mirando

--------

Aceituneros del pío-pío,

muertos de hambre

y muertos de frío.

 

El zagalejo encarnado,

ciñe tu cuerpo arrecido.

—¿Mocita, quieres bailar

en medio de los olivos?

Yo cogeré tu tarea

y tu bailarás conmigo.

 

¡Vente chiquilla hacia los olivos!

 

Hoy cuando demos de mano,

quisiera bailar contigo.

—¿Mocita, quieres cantar

debajo de los olivos?

 Yo tocaré la guitarra

y tú cantarás bajito.

 

¡Vente chiquilla hacia los olivos!

 

Aceituneros del pío-pío,

muertos de hambre

y muertos de frío.

--------

Madre yo tengo un novio aceitunero,

aceitunero,

que vareando tiene

mucho salero, mucho salero.

 

Cuando me  ve me dice

voy a morir por tí

madre yo tengo un novio

aceitunero, aceitunero,

me gusta a mí.

 

Dale a la vara

dale bien a las verdes

son las más caras

y las negras pa ti.

 

Piripí, Piripí, Piripí, Piripí,

¡Ay! Que voy a morir por tí

¡Ay! Que voy a morir por ti.

----------

La aceituna en el olivo,

si no la coges se pasa,

lo mismo te pasa a ti

 si tu madre no te casa.

---------

Ya se acabo la aceituna

ya se acaba el chismorreo

ya se acabo que me digas

coge bien ese salteo

---

Aceituneros de pio pio

cuantas cuartillas habéis cogío

cuartilla y media porque ha llovío.

-----

de bajo las patas

tenéis un nío

de gorriones

 

que están pelones.

-------

Ya se acabo la aceituna

ya se acaba el chismorreo

ya se acabo que me digas

coge bien ese salteo

-----

Aceituneros de pio pio

cuantas cuartillas habéis cogío

cuartilla y media porque ha llovío

debajo las patas

tenéis un nío

de gorriones

que están pelones.

 

----------

Loli Molina

ALCAUDETE EN LA RED