JALEA DE MEMBRILLO
Se puede decir que la jalea es una preparación de aprovechamiento. Se lavan bien los membrillos y se ponen a cocer cubiertos de agua. Cuando están tiernos, se retiran las pieles y los corazones. Con la pulpa se hace la carne de membrillo y para hacer la jalea se utilizan las pieles y los corazones y el líquido que suelten los membrillos dejados un rato en un colador
Se vuelven a poner al fuego pieles y corazones en el mismo agua hasta que reduce y luego se filtra bien el líquido, para dejarlo libre de impurezas
Para un litro de líquido se necesitan 800 g de azúcar y el zumo de un limón. Se pone a cocer a fuego vivo para que se consuma pronto el agua, moviendo con una cuchara de madera. Para saber el punto adecuado hay que levantar la cuchara: si el almíbar cae rápido es que necesita seguir hirviendo.
Cuando está en su punto a la jalea le cuesta desprenderse y cae despacio en forma de gotas alargadas.
Si se quiere que quede transparente, se filtra por una gasa. Se tapa y si se quiere conservar durante tiempo, se pone el tarro bien tapado a cocer al baño de maría.
Loli Molina