Fernando IV de Castilla
Fernando IV de Castilla (Sevilla, 6 de diciembre de 1285 - Jaén, 7 de septiembre de1312), llamado el Emplazado. Fue rey de Castilla (1295-1312). Durante su minoría de edad, su crianza y la custodia de su persona fueron encomendadas a su madre, la reina María de Molina, mientras que su tutoría fue confiada al infante Enrique de Castilla "el Senador", hijo de Fernando III de Castilla. Durante su minoría de edad, y también durante el resto de su reinado, su madre procuró aplacar a la nobleza, se enfrentó a los enemigos de su hijo, e impidió en varias ocasiones que Fernando IV fuese destronado.
Durante su reinado hubo de enfrentarse a la insubordinación de la nobleza, capitaneada en numerosas ocasiones por su tío, el infante Juan de Castilla "el de Tarifa", y por Juan Núñez de Lara el Menor, señor de la Casa de Lara, quienes fueron apoyados en algunas ocasiones por Don Juan Manuel, nieto de Fernando III el Santo.
Al igual que sus predecesores en el trono, Fernando IV prosiguió la empresa de la Reconquista y, aunque fracasó en su intento de conquistar Algeciras en 1309, conquistó la ciudad de Gibraltar ese mismo año, y en 1312 fue conquistado el municipio jienense de Alcaudete. Durante las Cortes de Valladolid de 1312, impulsó la reforma de la administración de justicia, y la de todos los ámbitos de la administración, al tiempo que intentaba reforzar la autoridad de la Corona en detrimento de la autoridad nobiliaria. Falleció el día 7 de septiembre de 1312, a los veintiséis años de edad.