CUENTO DE AMOR EN ALCAUDETE
Aunque mi mente no,
mi pulso ya tiembla,
y hoy Alcaudete quiero,
perderme por tus callejas.
Música en Santa María,
tu bronce iba cantando,
lo que allí acontecía.
Y un soldado noble de piedra,
guardándola noche y día.
Pilarejo, Cuesta Heredia,
ruedas por carnaval,
y una hoguera en el Barranco,
en la noche de San Juan.
¡Y aquella novia primera!
mi corazón traicionado,
bajando la calle Llana,
a otro, la vi abrazado.
Y aunque tiembla mi pulso,
sal y pimienta,
en mi garganta puso,
mi compañera,
las manos de otro,
en sus caderas prietas.
Aún me duele el recuerdo,
mi alma quedó rota,
bebí la hiel de sus labios,
y corrí a enjuagarme la boca,
en la Fuente de la Villa,
tres chorros fueron testigos,
de mis lágrimas, que allí caían.
San Miguel,
también me vio,
desconsolado en la Plaza,
y auxilio pidió por mí,
a la Virgen de la Fuensanta.
Hoy quiero decirte,
Alcaudete,
ahora, que el tiempo apremia,
cuando el recuerdo está fresco,
y aunque el pulso,
ya me tiembla,
¡que te quiero!
¡cuánto te quiero!
perdí un amor,
en tu calle Llana,
pero me diste otro,
por San Pedro.
CELESTE