ANTONIO PANADERO GUERRERO

 

Antonio Panadero Guerrero nace el 26 de abril de 1934, en la calle Melojo número 24 de Alcaudete. Hijo de Emilio Panadero Hidalgo, un zapatero que fue encargado de la fábrica de calzado de Federico Porras, y de Carmen Guerrero Ramiro.

Corría el año 1941, a finales de septiembre y cuando la feria (último año en el que se celebró en el Barranco) ya había finalizado cuando su padre habla con el Maestro y Director de la Banda de Música Teodoro Azaustre (Don Teodoro como él lo recuerda) para que inicie sus estudios musicales. En abril del año siguiente, el día en el que la Patrona la Virgen de la Fuensanta es paseada por las calles de la localidad, y con los 8 años recién cumplidos, ya sale tocando el clarinete con la Banda.

A la edad de los 12 o 13 años, ya pasa a tocar el papel principal con Manuel Amaro Villén, para un gran músico.

En el años 1945, llega a Alcaudete José Salazar López para hacerse cargo de la dirección de la Banda de Música. Es este el director que más le enseña en el mundo del solfeo, llegando a dominar perfectamente las ocho claves. Cuatro años más tarde se hace cargo de la Banda Manuel Amaro, pasando a ser el Premier Clarinete de la misma,  hasta su retirada.

Nos cuenta Panadero que eran años duros en nuestra localidad, y máxime para el mundo de la música. No existía en la localidad, nadie que enseñara música, solamente la señora García Pretel daba clases de piano y al no haber más profesores decidí, a la edad de 14 años, irse a Jaén y entrar en su Banda de Música. José Sapena le hace una prueba para ver sus actitudes y toca la “Marcha Turca” de Mozart, y algo de libre elección  interpretando “Ervin” y algo de la obra “Ducrecia Borja” que supera, pero al ser el sueldo de la banda de unas 800 pesetas y los gastos de la pensión de unas 1.100 pesetas y su padre no poder sufragar la diferencia tiene que volver a Alcaudete.

Como persona polifacética, se coloca en la “Casa Los Funes”, en la “Jabonería” , más tarde de carpintero con el maestro “Galo” y con “Manuel Arenas”, y su padre intentó que fuera a la zapatería donde toda su familia había ejercido tan noble oficio (su padre, hermano, tío abuelo, abuelo) pero decide cortar la “Casta de los Zapateros”, a pesar de dominar el oficio, para dedicarse a la música. Mas tarde ingresa en telégrafos de repartidor, pero como el horario no compagina con la música decide también dejarlo.

Todo por la música.

Corría el año 1953 cuando decide irse como voluntario al  Regimiento Asturias 31 (que se encontraba en el Goloso, algo retirado de Madrid) para poder ingresar en un conservatorio, pero al comprobar que no podía hacerlo decide buscar por otros regimientos de la ciudad, hasta que en el Ministerio del Ejercito (en la calle Alcalá), tras hacerle unas pruebas el Comandante Director de la Banda, decide aceptarlo pero que debe disponer de instrumento al no haber vacante alguno, y al no poder comprarle su padre el instrumente lamentablemente tiene que regresar a Alcaudete, desistiendo de la idea de continuar con su formación en un conservatorio.

Ya de vuelta a Alcaudete se hace cargo de varias representaciones y de la compañía aseguradora de “Ocaso” cuando esta solamente tenía 8 o 10 pólizas, pero siempre teniendo a la música en primera fila.

Organiza y dirige una orquesta con su padre de Batería, su hermano de saxo, Antonio Gíl Moya de trompeta y él de clarinete, actuando en bodas y fiestas.

Mas tarde organiza otra con Antonio Rueda Ruiz (conocido cariñosamente como “sobrino”) de Saxo Alto José Ramón Salazar de trompeta, Eusebio López Pavón de 2ª Trompeta, Carlos García Queada de Batería –gran profesional de la percusión-, como contrabajo Francisco Bastías Díaz, Manuel Pancorbo como pianista, él como Saxo y Clarinete y el abogado Francisco Sánchez Becerra como vocalista.

Recuerda Antonio que durante esta época Alcaudete era visitado por importantes compañías de teatro y tres de los músicos más avanzados (Sobrino, Salazar y él)  acompañábamos al pianista de la compañía, para que pudieran actuar los artistas que les acompañaban, como Antonio Molina, Juanito Valderrama, La Niña La Puebla, Antoñita Moreno, entre otros o a Revistas como “La Blanca Doble”.

Al no tener instrumento propio, Clemente Aceituno le prestaba el saxo (algo viejo) para poder ganar un duro. Cuando ya en el 52 o 53 el director Pancorbo consigue del Ayuntamiento el instrumental, a los que eran profesionales les prohíben usar los instrumentos para dedicarse a las orquestas. El referido Carlos (batería) compró una usada en Alcalá, a Antonio Rueda le prestó un saxo José La Torre y a él actuaba con un clarinete de su padre de 13 llaves que aún conserva y que cuando nos lo enseña, como una de sus reliquias, sus ojos toman un humedecido color que transmiten la devoción que siempre procesa por él. Siempre ha habido buenas personas en la vida, y una de ellas fue José Ariza Valenzuela. Cuando él se enteró de esta situación nos compró los instrumentos valorados en aquella época(1954) en unas 11.400 pesetas para que se las pagáramos como pudiésemos. Su saxo aún lo conserva en perfectísimas condiciones y como anécdota aun conserva la primera “caña” que traía.

A la jubilación del director Pancorbo, y tras dejar la Banda Amaro, se le propone a Antonio Panadero la subdirección y él no la acepta a no se convoque la plaza  mediante una oposición, por si otros músicos que crean tener derecho a ello. No obstante tan solo se presente él y consigue ser el subdirector de la Banda.

En Lucena, en un concurso donde participaba la Banda, Pancorbo llama a Amaro para que continúe en la Banda y acepta si entra con el mismo nivel que tuvo en su día por lo que la subdirección la comparte con él. Mas tarde Amaro deja la banda y queda como subdirector de la misma Antonio Panadero.

Antonio Panadero, dominaba el Transporte a la perfección y eso le hizo tocar en algunos conciertos a la vez el clarinete, la flauta, el requinto, hecho que posibilitaba a  la Banda interpretar obras donde estos instrumentos eran obligados  como “Guillermo Ter”, “La Torre del Oro”, la Boda de Luis Alonso”, el Baile de Luis Alonso y muchas más.

Antes, dice Panadero, solo teníamos la posibilidad de obtener una partitura de una obra en piano, y yo tenía que hacer el transporte de ella a los diferentes instrumentos de la Banda. Escribir mucha música me hizo perfeccionarme. Hoy aún cuando nos habla y cae una papel y un lápiz a su mano, las cinco líneas de su pentagrama, llenas de claves, compases, y notas, le aparecen inconscientemente.

A la jubilación de Pancorbo, se hace cargo de la dirección de la Banda sobre el año 1980 ejerciendo como tal hasta entrados los años 1990 o 1991.

La Banda tenía por entonces 18 o 20 músicos, y en muy poco tiempo la colocó con 35 o 40, todo basado con un sacrificio grandísimo. “Todos los días después de comer daba clase de solfeo e instrumento a los educandos y por la noche ensayábamos los conciertos, pasacalles, etc. y todo ello dejando a un lado mi trabajo”

La Banda empieza a dar sus frutos y se comienza a actuar en localidades como Priego, Alcalá, Martos, Puente Genil...

Siendo la Banda, en esa época, muy pequeñas por el Ayuntamiento, cuando los alumnos destacaban para que no abandonaran la misma, la mitad de su asignación, la repartía entre ellos.

Durante su dirección incorpora la mujer a la banda, siendo su hija Belén la primera en ingresar tocando el clarinete, el mismo instrumento que él toco durante tantos años, y luego incluyo tres mujeres más tocando la flauta y el clarinete, y así sucesivamente.

En cuanto a su trabajo, consigue tener una agencia en Alcaudete (la primera en la localidad) y luego compra un coche fúnebre, sin tener funeraria, solamente para atender el servicio. Más tarde funda una funeraria y últimamente el actual Tanatorio, dando estos nuevos y necesarios servicios al municipio.

Antonio quiere dejar claro que toda esta trayectoria la realiza con la ayuda de esposa .... la cual durante toda su vida ha estado también sacrificada por el negocio, ya que para que pudieran estudiar sus tres hijas (las cuales se le juntaron en Granada,  en sus estudios universitarios, al mismo tiempo), él tenía que estar en la calle hasta 15 o 16 horas con las representaciones y con los seguros, mientras que ella atendía el negocio.

A veces, las malas gentes pensaban que no me llevaba bien con mi mujer, al vernos tan poco juntos, ya que ella siempre estaba de guardia y yo en la calle.

Antonio cree que de haber recibido estudios de música, podría haber sido un gran músico, ya que aun así, y pasando noches enteras estudiando solo para aprovechar la única bombilla de la casa, aprendió armonía, transporte, solfeo, etc. lo que le permitió hacer algunas composiciones como “Los Arbolillos”.

Antonio no quiere dejar la oportunidad que le brindan estas líneas para recordar a su gran maestro Don Teodoro, y muchas veces se pregunta como ninguna Corporación ha pensado en poner el nombre de Teodoro Azaustre a una calle de nuestro Alcaudete por la gran cantidad de buenos músicos que saco, y distribuyó por importantes bandas de música, tanto militares como civiles de todo el territorio nacional.

Su afición, el trabajo, su pasión la música, su devoción, su mujer e hijas, que para él son lo más importante que la vida le ha dado, e incluso sus yernos a los que alaba y respeta, de tal forma que incluso uno de ellos trabaja con él en el negocio familiar.

Antonio no quiere finalizar sin indicar que en cuanto a la Banda de hoy le ve en muy buenas condiciones por muchas circunstancias al tener muchos niños, muy buenos instrumentos y muchas horas para poder dedicarse a ellos.

Antonio Panadero, músico de devoción que aún recuerda todas las obras que tocó, y que mientras me hablaba, esta, su voz, se transforma continuamente en un tararear de una y otra pieza musical. Persona que cuando habla de la música, de su banda, de la Banda de Música de Alcaudete, pierde la noción del tiempo. Antonio Panadero, músico que dejó a un lado parte de su vida por este noble arte, y que aún se ve con ganas y fuerzas de poder enseñar a niños y niñas, cuando escucha esos acordes, malsonantes de nuestras agrupaciones, por no haber nadie quien les enseñe. Cuantos músicos tiene nuestra tierra........

   

Fuente: Paco Molina, abril de 2006

Fotografías: Antonio Panadero

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